Hace apenas unas semanas, se conocía el prematuro fallecimiento del periodista y escritor Pablo Lizcano. Pese al escaso tiempo en que fue una presencia habitual de la pequeña pantalla en los años ochenta, se le ha seguido recordando por su peculiar presencia y su estilo intimista y tímido de afrontar géneros como la entrevista o la tertulia televisivas.
Nacido en Madrid en 1951, se licenció en Ciencias Políticas en la Complutense, aunque tempranamente comenzaría a dedicarse a la que sería su principal profesión: el periodismo. Fue redactor de una de las revistas de referencia de la transición política: Cambio 16.
Posteriormente, dio el salto a TVE, haciéndose cargo de programas como Autorretrato (1984), del que sería director, presentador y guionista, y, especialmente, Fin de siglo (1985-87), magazine de actualidad, trufado de entrevistas y actuaciones musicales, por donde pasó lo más selecto y variopinto de la vida política, social y cultural de aquellos animados años ochenta, con una todavía efervescente movida madrileña y un reciente y arrollador triunfo electoral socialista, de todo lo cual Lizcano vendría a convertirse, quizás inesaperadamente, en uno de sus rostros más identificativos. Su imagen risueña y tímida se convertiría en una de las más familiares de la tele del momento, así como el amplio y excelso abanico de personalidades que pasaron por el plató, en ocasiones, por primera vez.
Tras abandonar el Ente público, seguiría desarrollando su labor profesional en medios como la SER, Telemadrid (el programa de información cinematográfica Butaca de patio) o Antena 3 (llegó a dirigir alguno de esos telemaratones característicos de la cadena), aunque sin llegar a lograr la popularidad y la repercusión de sus anteriores trabajos periodísticos.
A continuación y hasta sus últimos momentos, lejos de los focos y los flashes de la celebridad, pasó a desempeñar su profesión como director de comunicación de algunos organismos, además de crear y gestionar la empresa B+C, especializada en asuntos de comunicación cultural y medios.
A principios de los 80 escribió el libro La generación del 56. La universidad contra Franco, un análisis histórico y periodístico de aquel movimiento intelectual que se reeditó en 2006.
También alcanzó cierta notoriedad por su vida personal, ya que dos de sus relacionales sentimentales ocuparon espacio en los medios y en las página de crónica social: su matrimonio con la cantante Massiel en los años 80 y, posteriormente, su estable relación de más de veinte años, hasta el momento de su triste desaparición, con la también periodista y escritora, Rosa Montero.
Sus últimos años han quedado marcados por una dolorosa y grave enfermedad, que le ha conducido a la muerte con 58 años. Siempre le recordaremos.
10.7.09
Pablo Lizcano (1951-2009)
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